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¡El futuro es tuyo, Señor!
‹‹El futuro es tuyo, Señor,
y no sé demasiado hacia qué playa nos empuja el viento que
sopla en este momento.
Pase lo que pase, quiero
que seas, Señor, el único móvil de mis acciones, el
objetivo de mis empresas, el único objeto de mis deseos.
Haz de nosotros instrumentos
dóciles de tu misericordia para los pueblos que sufren.
Dame la inteligencia, la fuerza, el desinterés, la mortificación,
la humildad, el celo y todas las virtudes que deberían ser
ornamento de un obispo misionero.
Con ellas superaremos los
más grandes obstáculos. Al menos, habremos hecho lo que
está de nuestra parte para combatir el buen combate. No
exijas más de nuestra debilidad. ¡Ah, cuánto queda aún por
hacer, Señor. Estamos todavía lejos de la meta!››.
Palabras recogidas en el
libro: La Oración de Mons. Marion de Bresillac. |
Jesús ha muerto.María
Magdalena y los discípulos van a buscarle al sepulcro,
pero no hayan nada. Lo buscan entre los muertos y Él
está entre los vivos. Miran en la oscuridad del sepulcro,
y Él es la luz que les guía.
¿Dónde buscamos
hoy a Dios?
Al que vive hay que buscarlo
donde hay vida. Si queremos encontrarnos con Cristo resucitado,
lleno de vida y de fuerza transformadora, lo hemos de buscar,
no en una religión de cumplimiento y normas, sino en una
religión de acogida y de amor ; no en una fe estancada
y rutinaria,sino en una fe de busqueda ,que sale al encuentro
del otro al que llama hermano. La Pascua no es la celebración
de un acontecimiento pasado. Los creyentes celebramos al
resucitado que vive y sale a nuestro encuentro. Pero, para
encontrarle, hay que dejarle entrar en nuestra vida y crecer
en humildad, en compromiso,en amor ,en servicio,... Muchos
sólo piensan en ellos mismos evitando todo compromiso
con los demás. Creer en Cristo resucitado,es saber
escuchar hoy estas palabras:
"El que come mi carne
y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Tened paz en mí.
En el mundo tendréis tribulación, pero, ánimo, yo he vencido
al mundo" (Jn 16,33).
Él es "el corazón del mundo"
en palabras de K. Rahner. Es en su propio corazón donde
el creyente debe resucitar todo lo que se le ha muerto.
Superar cobardías , cansancios,perezas y llevar vida
donde otros ponen muerte.Celebrar la Pascua es entender
que el resucitado está con nosotros, en medio de nuestras
miserias y alegrías, en nuestras lágrimas y sonrisas,
como consuelo y compañía.
Reflexionamos juntos.
Somos cristianos porque no
nos quedamos en la muerte de un pobre hombre en la cruz.
Somos cristianos porque creemos en el perdón, en la alegría,en
el amor, en la justicia, en la resurrección, en la Vida,...,
en la opción preferencial por los más desprotegidos
y excluidos.
Oremos
Como Marion de Bresillac,
nos colocamos ante el resucitado y, con confianza le decimos: "El futuro es tuyo Señor".
"No tengáis miedo,
soy yo, el que vive. Estuve muerto pero ahora estoy vivo
por los siglos de los siglos" (Ap 1,17-18).
SMA |